jueves, 18 de agosto de 2016

Horror Man

Cuando el aire se convierte en el camino de la barbarie y el cielo, extirpando su significado místico,
se niega a ser un escaparate de eternidad para ser un asesino.

Cuando lo que hay que ver, es lo que el resto del mundo no quiere ver.
Atmósfera de derrumbes y pólvora.
El aliento de la muerte aposentado, de por vida, detrás de las orejas.

Miradas perdidas sin esperanza de encontrar nada.
Cada último latido creyéndose último.
Proscritos de la vida tranquila con preocupaciones mundanas.

Niños que no pueden ser niños al tener que ser daños colaterales.
Lágrimas de sangre que nadie limpia.
Muertos en vida enterrados en el panteón del olvido global.

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